La Comisión Europea (CE) ha propuesto suavizar las exigencias ambientales de la Política Agrícola Común (PAC) en un intento de disipar las protestas de los agricultores europeos. Este anuncio es resultado de las continuas protestas agricultoras que culminaron en una conversación telefónica entre la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el primer ministro polaco, Donald Tusk.

La CE afirma que las nuevas propuestas son una respuesta directa a las peticiones de las organizaciones de agricultores en Polonia y otros lugares. En este contexto, se reconoce que los agricultores se enfrentan a crecientes incertidumbres, acentuadas por acontecimientos geopolíticos como el conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

Investigando más a fondo, las propuestas de la CE buscan aliviar la carga administrativa y ofrecer a los agricultores y a los Estados miembros «una mayor flexibilidad para cumplir determinadas condicionalidades». Sin embargo, esta flexibilidad no significa una reducción en la ambición de los objetivos medioambientales y climáticos de la PAC. Los cambios propuestos anticipan que algunas normas se podrán aplicar de una manera más compatible con las realidades diarias que enfrentan los agricultores.

En la misma línea, la CE también propone eliminar la obligación de los agricultores beneficiarios de la PAC de no cultivar en ciertas partes de sus terrenos, conocidas como Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales 8 (BCAM 8). En su lugar, se está fomentando un «plan de incentivos» que anima a los agricultores a mantener zonas no productivas, sin temor a la pérdida de ingresos si no están en condiciones de hacerlo. La propuesta estipula que estas nuevas medidas se aplicarán con carácter retroactivo desde principios de 2024.

Cabe destacar que la CE ha propuesto estos cambios sin realizar una evaluación de impacto, citando la «emergencia política» creada por las protestas de los agricultores. Adicionalmente, en su diálogo con Tusk, Von der Leyen también habló de la necesidad de nuevas medidas para abordar la situación en el mercado de los cereales y las importaciones desde Rusia. Como resultado, la CE está considerando la posibilidad de introducir restricciones a las importaciones de productos agrícolas rusos en la Unión Europea.