Video íntimo en prisión desata escándalo: guardiacárcel arrestada y pareja del reo hospitalizada por estrés

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El caso de la oficial penitenciaria Linda De Sousa Abreu, detenida tras difundirse un video donde mantiene relaciones sexuales con un interno en una prisión de Londres, ha tomado un nuevo giro al conocerse el impacto que el escándalo provocó en la vida personal del recluso involucrado.

Linton Weirich, de 36 años, cumple una condena de cuatro años y medio en HMP Wandsworth por el robo de bienes valorados en más de 70 mil dólares. Pero más allá de su situación legal, la atención mediática se trasladó hacia su entorno personal: Weirich tiene una pareja embarazada de siete meses, quien fue hospitalizada por un cuadro de estrés tras enterarse del video.



Según informaron medios británicos como The Sun, la joven, en avanzado estado de gestación, sufrió una descompensación emocional apenas supo del escándalo y debió ser internada por precaución. Familiares cercanos señalaron que la situación podría incluso desencadenar un parto prematuro.

“Es una tragedia personal añadida a un caso ya escandaloso. Esta mujer embarazada no necesitaba este tipo de impacto emocional en su estado”, expresó una persona del círculo íntimo.

Durante su primera comparecencia ante el Tribunal de Magistrados de Uxbridge, la mujer solo confirmó su identidad. Fue formalmente acusada de mala conducta en el ejercicio de un cargo público, una figura penal que puede acarrear graves consecuencias legales en el Reino Unido.

Abreu fue liberada bajo fianza con condiciones estrictas: prohibición de acercarse a puertos de salida del país y toque de queda obligatorio entre las 7:00 p.m. y las 9:00 a.m. Deberá comparecer nuevamente el 29 de julio ante el Tribunal de la Corona de Isleworth.

Otro elemento que ha encendido el debate público es la vida personal de la guardiacárcel. Linda De Sousa Abreu está casada y, junto a su esposo, administra una cuenta activa de OnlyFans, donde ofrecen contenido para adultos. Esta revelación añadió más controversia a una historia que ya venía acaparando titulares por su inusual mezcla de poder, intimidad y redes sociales.

El Servicio Penitenciario Británico se pronunció con firmeza: “No se tolera ningún tipo de corrupción o comportamiento inadecuado por parte del personal. Esta exfuncionaria ha sido denunciada a la policía”, declaró un vocero institucional.