El presidente, Rodrigo Chaves, confirmó la visita oficial de su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, quien será recibido en una cena de Estado en San José. Durante el anuncio, Chaves elogió los resultados en seguridad pública alcanzados en El Salvador bajo la administración de Bukele, señalando que el país centroamericano ha pasado de ser uno de los más violentos de la región a uno de los más seguros del mundo, en un tiempo relativamente corto.
“El Salvador pasó de ser un lugar con una cantidad tremenda de asesinatos, extorsiones y asaltos, a convertirse en una de las sociedades más seguras del mundo. Eso es un hecho”, declaró Chaves, subrayando que los logros en seguridad del presidente salvadoreño son “admirables”. Afirmó que su gobierno brindará a Bukele todas las atenciones y honores correspondientes a su investidura como jefe de Estado.
La visita de Bukele, sin embargo, no ha estado exenta de controversia. Algunos diputados de la oposición han manifestado su rechazo, argumentando preocupaciones sobre los métodos empleados en El Salvador para reducir la criminalidad, cuestionando si los fines justifican los medios. Entre los críticos se encuentra la diputada Gloria Navas, así como figuras políticas como Rodrigo Arias y Patricia Solano, quienes han expresado desacuerdo con el enfoque de “mano dura” de Bukele.
Chaves, en respuesta a la oposición, restó importancia a las críticas, calificándolas como “un tema puramente electoral” y sugiriendo que algunos sectores buscan diferenciarse de su administración para ganar votos en ciertos grupos de izquierda en el país. “No voy a hacerle un feo a un presidente electo democráticamente dos veces en un país vecino”, puntualizó Chaves, en alusión a quienes objetan la visita por razones políticas.
El encuentro entre Chaves y Bukele promete fortalecer los lazos entre Costa Rica y El Salvador, en un contexto donde la seguridad regional sigue siendo un desafío clave. La visita de Bukele también pone sobre la mesa un debate en Costa Rica sobre la efectividad y los límites de las políticas de seguridad, en momentos en que la región enfrenta crecientes amenazas de criminalidad y violencia.
