En un esfuerzo por reforzar la lucha contra el narcotráfico en las aguas costarricenses, en julio de 2024 se creó un nuevo grupo operacional dentro del Servicio Nacional de Guardacostas de Costa Rica. Este equipo especializado tiene como principal misión las interceptaciones de cargamentos ilícitos en el mar, un desafío que ha cobrado gran relevancia ante el aumento de las actividades delictivas en la región.
El nuevo grupo ha asumido la sede de la Escuela del Guardacostas, que hasta hace cuatro meses funcionaba en Quepos. Como parte de esta reorganización estratégica, la Escuela fue trasladada a la sede de la Academia Nacional de Policía en Pococí. Este movimiento ha sido criticado por ciertos sectores, quienes sugieren que debilita la capacidad del país para hacer frente a las amenazas del narcotráfico. Sin embargo, autoridades de seguridad aseguran que la medida busca fortalecer las operaciones, permitiendo que el espacio en Quepos se concentre exclusivamente en actividades tácticas de interceptación.
Fuentes dentro del Ministerio de Seguridad Pública destacaron que este cambio optimiza los recursos y asegura que las operaciones en alta mar se realicen de manera más eficiente, con personal capacitado y enfocado en la detección y detención de embarcaciones sospechosas. “El traslado de la Escuela del Guardacostas no significa una disminución de capacidades, sino una clara reestructuración que fortalece nuestra presencia en las zonas críticas”, afirmó un alto mando del Guardacostas.
En lo que va del año, Costa Rica ha sido escenario de múltiples operaciones exitosas contra el narcotráfico en alta mar, muchas de ellas impulsadas por el trabajo conjunto entre el Guardacostas y otras fuerzas de seguridad nacionales e internacionales. El nuevo grupo operacional en Quepos busca incrementar aún más estos resultados, mejorando las capacidades de respuesta inmediata ante cualquier amenaza.
La lucha contra el narcotráfico sigue siendo uno de los principales retos de Costa Rica. A medida que los carteles buscan nuevas rutas para el tráfico de drogas, la rápida respuesta de las fuerzas costarricenses es clave para mitigar el impacto del narcotráfico en la región. La reorganización del Guardacostas en Quepos refuerza este compromiso, asegurando que el país siga siendo un baluarte en la lucha contra el crimen organizado en Centroamérica.
Con estas acciones, el gobierno costarricense reafirma su posición de no ceder terreno frente al narcotráfico, y de garantizar que las fuerzas de seguridad continúen siendo una barrera sólida contra las actividades ilícitas que amenazan la estabilidad de la región.