Representantes de organizaciones de líneas aéreas internacionales asistieron este miércoles a la Comisión de Turismo de la Asamblea Legislativa para expresar sus preocupaciones ante el proyecto de ley que establece una tarifa máxima para vuelos de bajo costo. José Ricardo Botelo, David Hernández y Rafael Sánchez, en representación de la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), advirtieron sobre el impacto que la medida podría tener en la industria, argumentando que podría limitar la oferta de servicios y disminuir la conectividad en la región.
David Hernández, representante de ALTA, sostuvo que, aunque el proyecto busca reducir los costos y mejorar la accesibilidad para los consumidores, la imposición de una tarifa máxima podría generar el efecto contrario. “Estipular un valor máximo limita la libre competencia y la apertura de nuevas rutas, lo que a la larga podría reducir la oferta de tarifas accesibles y desincentivar el crecimiento del mercado regional”, afirmó.
Respuestas y posturas de los legisladores
La parlamentaria Pilar Cisneros defendió el reclamo de los costarricenses y visitantes sobre los altos precios de los boletos en Centroamérica, mencionando ejemplos de rutas cortas como la de San José a Panamá, que pueden costar entre 600 y 800 dólares, un precio desproporcionado para un vuelo de menos de una hora. “No es cierto que las tarifas libres beneficien siempre al consumidor”, señaló Cisneros.
Por su parte, el legislador Eliecer Feinzaig, proponente del proyecto (expediente 24.207), respondió a las críticas de los representantes de la industria aérea, aclarando que la iniciativa no impone un control de precios directo. Feinzaig explicó que las aerolíneas seguirán siendo libres de fijar sus tarifas, y que aquellas que ofrezcan boletos por menos de 50 dólares por segmento recibirán una reducción de impuestos, incentivando así precios accesibles sin obligar a las compañías a bajar sus tarifas. “El proyecto no controla precios; solo ofrece un incentivo fiscal a quienes ofrezcan precios más bajos”, aseguró el congresista.
Cuestionamientos y propuestas adicionales
El congresista también desafió a los representantes a sustentar con datos su afirmación de que las tarifas aéreas han disminuido un 30% en los últimos 20 años en el país. Mientras tanto, la diputada Carolina Delgado expresó su preocupación por otro expediente (n.º 23.763) que podría tener efectos adversos, ya que incrementa el IVA en los boletos aéreos del 4% al 8%. Para Delgado, este aumento podría desincentivar el turismo en Costa Rica, afectando tanto a visitantes extranjeros como a viajeros locales.
El debate dejó en claro las tensiones entre los legisladores y la industria aérea sobre el mejor camino para hacer más accesible el transporte aéreo en la región. La Comisión de Turismo continuará evaluando las diferentes posiciones y las implicaciones del proyecto, en busca de un equilibrio que logre mejorar la conectividad sin limitar la competitividad del mercado.