Me encontraba conversando con una persona cercana a mi corazón cuando de repente me preguntó por una compañera de trabajo y pues, yo le dije que ahí estaba, -bien, con sus cambios de humor que un día la tienen bien amigable y otros días no tanto-. De inmediato respondió: ¡ay si, ella es así bipolar!

Hoy en día la mayoría de las personas utilizan el término “bipolar” muy a la ligera, y creo es mi obligación profesional educar un poco sobre este tema en particular, por eso me anime a escribir esta columna. Generalmente la gente tiende a referirse así cuando señala el estado de animo de alguien sin comprender que el término en sí, es una condición medica seria.

En primera instancia una persona no es bipolar, o sea, no es un adjetivo con el cual se pueda calificar su personalidad, alguien tiene un trastorno llamado bipolar que es distinto. La persona que cambia de humor continuamente es temperamental lo cual son condiciones muy diferentes. La bipolaridad es un trastorno psiquiátrico para el cual se requiere tratamiento psico-farmacológico de por vida y ser voluble o temperamental es una condición personal que consiste en cambios de  humor repentinos pero no están relacionados con alteraciones químicas en el cerebro como el primero.

Ciertamente, el trastorno bipolar, antes denominado depresión maníaca, es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía, hipomania, euforia) y bajos emocionales (depresión). Bi significa dos y polar significa lados, dos lados; un lado es el estado energético, eufórico como un muñequito que nunca se le termina la cuerda, mientras que el otro lado es depresivo, sin ánimos ni motivaciones, de ahí su nombre.

Ahora bien, estos cambios en la bipolaridad no suceden de la noche a la mañana si no que aparecen y pueden durar varias semanas en un lado hasta que cambian hacia el otro lado. El diagnóstico del trastorno bipolar solamente puede ser dictaminado por un profesional de la salud mental basado en una evaluación clínica. Este evalúa síntomas y signos basados en criterios diagnósticos establecidos bajo nomenclatura científica y si es necesario realiza pruebas que permitan determinar con exactitud el origen de dichos cambios bruscos.

Por el otro lado una persona temperamental es una persona que constantemente presenta cambios de carácter o humor y que si son perceptibles de un día para otro, pero esto no tiene nada que ver con una enfermedad mental sino mas bien, es solo un débil control de su propio carácter. El temperamento es el resultado de las experiencias vividas, de la educación, de las relaciones familiares y sociales, su reconocimiento y su valoración, mientras que el trastorno bipolar tiene un componente genético y fisiológico real.

Las principales características de una persona temperamental es que un día está efusivo y alegre, pero al otro día no quiere ni que lo miren. En ocasiones cualquier palabra puede irritarlos, e incluso llevarlos a actuar con agresividad. Quizá se pueda explicar a una persona que cambia de temperamento a cada instante porque esconde algo más en su interior que un simple malhumor, probablemente son personas con una sensación de vacío en el alma, de inconformidad con la vida, el mundo y todo lo que le rodea.

Quizá esconde frustraciones que no ha podido solventar y seguramente culpa a todo el mundo de sus malas decisiones sin darse cuenta que la única persona responsable de sus errores es él mismo. Detrás de ese constante cambio anímico se esconde una gran tristeza y en vez de hablarla y si es necesario llorarla para aliviarse, le es más fácil pelear con los demás porque siente que así se defiende, ya que la agresividad es vivida como fortaleza y la tristeza como debilidad, equivocadamente.

Para finalizar, la persona que tiene trastorno bipolar no puede controlar por si misma esos bruscos cambios anímicos mientras que una persona temperamental si, eso si, ambos deben poner de su parte para mejorar. El primero estar claro que solo con su tratamiento medico podrá mantenerse estable y el segundo tener la buena voluntad para cambiar, empezando por reconocer los vacíos, tristezas, frustraciones que carga en su alma y estar dispuestos a poner en practica estrategias que le ayuden a reconocer los disparadores de sus reacciones agresivas para ponerse freno a si mismo.

Ciertamente es mas fácil dominar a cien hombres que su propio carácter, pero te tengo una buena noticia si sos temperamental, con buena voluntad y apoyo profesional si se logran cambios significativos que se reflejan en una mejor calidad de tus relaciones sociales. Pero como en todo proceso terapéutico, la decisión y la disciplina para tener éxito en tu proceso esta en tus manos.

Cuando veas a una persona con cambios frecuentes en su estado de animo, ya no le llames bipolar porque no lo es, esa persona es temperamental y si le pasas este articulo quizá pueda encontrar un poco de luz para comprenderse a si mismo y estar dispuesto a buscar apoyo profesional para descubrir sus areas de oportunidad y mejorar.

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Lic. Róger Alfredo Martínez
Psicólogo Clínico, Escritor, Columnista.
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Psicólogo Clínico, escritor, columnista, conferencista, motivador, ex-preso político de la dictadura en Nicaragua, autor de los libros «Personas Ordinarias, Mentes Extraordinarias», «Está Bien, Estar Mal» y «El Preso de la Celda 16». Descarga mi App Móvil para teléfonos Androids y podes suscribirte al contenido premium donde por $5 tendrás acceso intimo a mis vídeos, escritos, sesiones terapéuticas gratuitas, conferencias online, mis libros gratis y mas. Compra mis tazas de café, camisetas y libros en www.psicologo-martinez.creator-spring.com  Súmate y apóyame a diseminar motivación. Inscríbete también como mi Patreon en: www.patreon.com/psicologomartinez. ¿Tienes comentarios sobre mis obras? ¿Quieres hacer una cita para consejería online? Búscame en Facebook o escríbeme en WhatsApp y con gusto recibiré todos tus comentarios.