Veinte años han pasado desde la madrugada del 12 de julio de 2005, cuando 23 personas perdieron la vida a raíz de un incendio provocado en el hospital Rafael Ángel Calderón Guardia. Por ello, este viernes, el establecimiento de salud realizó una actividad religiosa en honor de quienes fallecieron en ese incidente.
La actividad, oficiada por monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San José, y contó con la participación de autoridades institucionales y hospitalarias, funcionarios y familiares de las víctimas. Durante la ceremonia se realizaron oraciones en memoria de las personas fallecidas en el incendio, como un acto de respeto y recordación de aquel acontecimiento.
“El evento tuvo como finalidad brindar un espacio de reflexión, oración, paz y remembranza sobre aquel día que marca un antes y un después en el sistema de salud costarricense. Quisimos reunirnos en un espacio que diera la oportunidad tanto a funcionarios como a algunos familiares de elevar una plegaria al cielo por las vidas perdidas, pero, a su vez, por el nuevo comienzo y el amanecer de nuestro hospital”, indicó la doctora Tania Jiménez Umaña, directora general a.i.
¿QUÉ HA PASADO 20 AÑOS DESPUÉS?
De acuerdo con la funcionaria, la tarea no ha sido fácil. El hospital pasó por varios procesos que le han permitido restablecer sus labores y ampliar los servicios para la atención de los usuarios.

“Siempre lamentaremos las pérdidas de vidas que se dieron en aquel momento. Pacientes y enfermeras que fallecieron en el cumplimiento de su deber siempre serán honrados por su excepcional labor. Siempre agradeceremos a quienes dieron soporte a los pacientes y lograron sobrevivir ese día. A pesar de esto, seguimos avanzando y tratando de mejorar para brindar la mejor atención a nuestros asegurados”, indicó la directora.
La médico agregó que “La construcción de la Torre Este, que entró en funcionamiento en 2020 para la atención de la pandemia de covid-19, vino a mejorar paulatinamente los servicios y ha permitido restablecer los que se perdieron en aquella madrugada. Actualmente, contamos con la habilitación de este edificio, que tiene 251 camas distribuidas en los servicios de neonatología, ginecología, obstetricia, cirugías, unidades de cuidados intensivos quirúrgicos y medicinas, además de una serie de servicios de apoyo como farmacia, laboratorio, radiología e imágenes médicas, nutrición y ropería, entre otros”.
Adicionalmente, el hospital cuenta a la fecha con cuatro edificios principales y varias edificaciones fuera del perímetro principal, que permiten atender a los pacientes del área de atracción; adscritos a los hospitales Tony Facio, Guápiles, William Allen y Maximiliano Peralta; y las áreas de salud Moravia, Carmen-Central, Zapote, Curridabat y Coronado, para un total de 1 500 000 pacientes.

Además, se atienden una serie de programas nacionales, como el Proyecto Nacional de Cirugía de Columna y programas de trasplantes renales, hepáticos, cardiacos y pulmonares, entre otros.
Todas las atenciones son respaldadas por servicios administrativos que se encargan de múltiples temas como compras, suministros, ropería, aseo y vigilancia, que permiten que el hospital funcione de manera óptima para la atención de los asegurados.

PREPARACIÓN DEL HOSPITAL EN CASO DE EMERGENCIA
Actualmente, el hospital cuenta con una brigada hospitalaria conformada por 28 brigadistas, funcionarios capacitados para la atención de diversos tipos de emergencias en caso de presentarse. Los brigadistas están especializados en campamentación, lo que les permite desplegar las unidades hospitalarias móviles en cualquier parte del país.
“Este grupo está constantemente en prácticas. Contamos con varios equipos con tres unidades médicas móviles equipadas con aires acondicionados, filtros EPA que generan un ambiente 99.9 % puro, más filtros ultravioleta que mantienen la presión negativa eliminando virus y bacterias; más de 100 camillas plegables, férulas, además de equipos fijos contra incendios, equipos de bomberos, 50 extintores y 30 mangueras propios de este grupo de trabajo, además de alarmas contra incendio, materiales para atención de primeros auxilios y radios de comunicación. Estos equipos reciben mantenimiento constante para mantener seguros a los usuarios y al personal”, indicó Luis González Gallego, coordinador a.i. de la brigada.
La experiencia le ha permitido al hospital contar con cinco profesionales formadores que capacitan a brigadas de todo el país. Además, existe el compromiso por parte de la Brigada Hospitalaria de realizar capacitaciones mensuales en donde se educa a funcionarios de este hospital en temáticas relacionadas con emergencias, como evacuación, primeros auxilios y combate de fuegos incipientes, entre otros.
El plan de emergencias hospitalario se actualiza constantemente debido a la dinámica diaria del hospital. Actualmente se está en proceso de colocación de elementos de señalización en todas las edificaciones, además de rondas constantes por parte de la brigada para verificar que todas las salidas de emergencia estén en las mejores condiciones y despejadas. Se cuenta con 804 extintores en distintas ubicaciones, más 20 en las ambulancias de este establecimiento de salud.
Asimismo, el hospital cuenta con un contrato de mantenimiento correctivo y preventivo para extintores y sistemas de detección y supresión de incendios. Además, se realizan constantes mejoras en dichos sistemas, que han incluido el cambio de paneles, la ampliación en la cantidad de detectores de humo y mejoras en los sistemas de supresión. Esto permite que los equipos estén en las mejores condiciones en caso de presentarse alguna emergencia.
“Estamos en constante mejora y tratamos de brindarles a nuestros funcionarios los equipos necesarios para la atención de emergencias. En este momento, el hospital está en trámite de compra para la actualización de los equipos de la brigada hospitalaria. Semanalmente, el Centro de Control de Operaciones (CCO), conformado por las jefaturas y otras autoridades hospitalarias, se reúne para conocer y detectar posibles situaciones de emergencia que puedan afectar al hospital, lo que permite planificar previamente estrategias de atención”, concluyó la directora general.