Oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas, en coordinación con la Cruz Roja, llevaron a cabo una misión de rescate para auxiliar a Rigoberto Arrieta Robledo, un pescador que sufrió la amputación de uno de sus dedos mientras trabajaba a bordo de un barco de pesca de palangre a 107 millas náuticas (aproximadamente 200 kilómetros) de la Península de Nicoya.
El incidente ocurrió el viernes en el barco pesquero Coopepes IX, matrícula P 0275. Tras el accidente, Arrieta experimentó un sangrado significativo que, en un principio, fue difícil de controlar, lo que llevó a la tripulación a contactar a la Estación de Guardacostas de Caldera, Esparza. Ante la emergencia, una embarcación del Guardacostas fue enviada al encuentro del Coopepes IX para realizar el transbordo del pescador herido y llevarlo a tierra firme.
En una operación coordinada, la Cruz Roja asignó a un paramédico para que brindara la atención médica inicial a Arrieta a bordo de la embarcación de rescate, asegurando su estabilidad durante el trayecto. La operación concluyó exitosamente cuando, este sábado a la 1:30 p.m., el pescador fue llevado a la Estación de Guardacostas de Caldera, donde una ambulancia de la Cruz Roja lo trasladó de inmediato al Hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas para una valoración y atención médica completa.
La acción conjunta del Guardacostas y la Cruz Roja destaca el compromiso de estas instituciones en responder a emergencias en altamar, brindando asistencia humanitaria y garantizando la seguridad de los trabajadores en condiciones de riesgo.