No es un perro, pero su lealtad y su apego hacia quienes la cuidan es similar a la de un can, pero tampoco es una mascota que se limita a vivir en un campamento policial.
Se trata de Daniela, una inquieta oveja que se ha convertido en un miembro más del equipo policial destacado en Crucitas de Cutris, frontera norte.
De acuerdo con lo expresado por el oficial Mario Medrano, Daniela es una compañera que tiene libre ingreso al campamento las 24 horas.
Ella acompaña a los oficiales de la Fuerza Pública a los patrullajes por los distintos sitios donde operan los oreros ilegales, ya sea en lugares planos o en cerros, con lluvia o con sol.
El único momento en que no le permiten salir a patrullar es en la noche, ya que podría caer en algún túnel o foso cavado por los oreros o sufrir algún otro accidente.
Es por ello que los policías, cuando van a realizar patrullajes nocturnos, salen sigilosamente para que Daniela no los siga y repose en su establo a fin de que al día siguiente pueda sumarse a los patrullajes diurnos.
Cuando los policías llegaron al campamento, ya Daniela estaba allí, pues los dueños de la finca Vivoyet la llevaron a ese lugar junto con su madre, pero esta última murió cuando Daniela era una pequeña corderita, incapaz de valerse por sí misma
Eso hizo que los miembros de la Fuerza Pública optaron por cuidarla, por lo cual Daniela desarrolló un vínculo muy fuerte con ellos.
Los oficiales la alimentan, velan por su salud y la consienten, la vacunan y en general velan por su bienestar.
