El gobierno de Costa Rica ha aprobado un decreto que permitirá a la Fuerza Pública utilizar armas automáticas, como los rifles AR-15 y M-16, en su lucha contra el crimen organizado. Esta decisión, anunciada por el presidente Rodrigo Chaves y el ministro de Seguridad, Mario Zamora, marca un cambio significativo en la estrategia de seguridad del país, que históricamente ha sido reconocido por su estabilidad y la ausencia de ejército.
El presidente Chaves explicó que esta medida es una respuesta a la creciente violencia generada por el crimen organizado, y busca equiparar el armamento de las fuerzas del orden con el de los delincuentes. “No podemos seguir enfrentando este nivel de criminalidad disparando de forma limitada, cuando los criminales están mejor armados”, señaló el mandatario.
El decreto, ya firmado, permitirá a los oficiales de la Fuerza Pública utilizar armamento que antes solo era destinado a operaciones militares, con el objetivo de mejorar su capacidad de respuesta ante la violencia. Costa Rica, conocida por su enfoque pacífico en temas de seguridad, busca ahora adaptarse a los nuevos desafíos que enfrenta con esta medida que ha generado debate en la región.